El libro trata de nuestra responsabilidad, de estar en armonía con lo que Dios ha determinado llevar a cabo en el mundo y en esta labor esta implicada la vida de la iglesia como cuerpo visible de Cristo, Dios obra de una manera sorprenderte en un mundo sorprendentemente corrompido por el pecado, pero la iglesia debe obrar en una manera coherente sin caer en engaños o en promesas falsas ante las almas, estar acorde con la obra del Espíritu Santo es cumplir con la gran comisión y el propósito establecido por Dios. la santificación no puede ser pasada por alto en el propósito de Dios, pero más allá de este propósito en la formación de la imagen de CRISTO en la vida de los creyentes, también es un llamado para que se esté apercibido ante la manifestación de cada actuar de las personas de la divinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) solo así podemos ser eficaces en la labor establecida.
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