Los vertidos de crudo se producen sistemáticamente durante el transporte, la producción y el refinado del petróleo y sus derivados, causando graves problemas ecológicos y sanitarios. Se han utilizado tratamientos físicos y químicos para la remediación del petróleo crudo, pero con limitaciones del 10-15% del petróleo vertido. Los estudios recientes se basan en el proceso de biorremediación, que es un método rentable que no altera el ecosistema original. Además, el proceso de biodegradación es capaz de producir productos finales seguros y ecológicos (CO2 y agua). El objetivo de este estudio es describir las variables que controlan positiva y/o negativamente el proceso de biodegradación mediante un diseño de Plackett-Burman, identificar los aislados bacterianos que mejoran colectivamente el proceso mediante PCR-DGGE y, por último, determinar la matriz de inmovilización más adecuada que proteja a los microbios y mejore el proceso de biorremediación.
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