Durante las tres últimas décadas, el significativo aumento de la demanda de electricidad, y sus consecuencias, ha aparecido como una seria preocupación para las empresas de servicios públicos, y sin embargo no se han aplicado cambios importantes a la infraestructura de las redes eléctricas convencionales. Recientemente, los investigadores han identificado mecanismos eficientes de control y distribución de la energía como los retos inmediatos de las redes eléctricas convencionales. El siguiente paso de la red eléctrica hacia la Smart Grid es proporcionar herramientas más ecológicas y eficientes para la gestión de la energía junto con una mayor fiabilidad mediante servicios inteligentes, en los que la aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) es inevitable. De todas las ventajas que las TIC aportan a la red, la red de telecomunicaciones desempeña el papel más importante para proporcionar una infraestructura interactiva, eficiente y segura. El sistema bidireccional de comunicación digital de datos integrado en la red proporcionará una interacción entre proveedores y consumidores de energía para gestionar, controlar y optimizar la distribución de energía.
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