No es el infierno el que te quemará, es uno mismo en el propio cuerpo donde las llamas te consumirán y te quedarás en esa morada si no volteas al cielo y ves a Dios y hablas con Él.
Yo lo vivo, miré al cielo y al Señor me dirigí, a Él, y Él me contesto, me dijo: Toma tu pluma y papel y escribe...
No lo dudé y vivo otra vez.
No lo dudes y háblale, Él te escuchará.
Negarse a sí mismo la oportunidad será vivir en tu propio fuego, tu propio infierno, en tu propia morada.
Daniel Hirsch González
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