¡Matamos y nos dejamos matar por amor! Amar... se nos da tan fácil. El amor se nos da a flor de piel, y lo desperdiciamos en inútiles juegos de necedad, rencor e irreflexividad, o bien, lo atesoramos en fortalezas amuralladas con pasión y devoción. Así, entre los arrebatos de nuestra imperfección emocional el amor se convierte entonces simplemente en un motivo de frenesí. ¿Absurdo?
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