El conflicto entre humanos y elefantes es habitual en las tierras de cultivo debido a la invasión humana del hábitat de la fauna salvaje, un grave problema de conservación en muchos países del África subsahariana. Aunque se han utilizado diversas estrategias de gestión de conflictos para mitigarlo, el impacto positivo no es mucho, el saqueo de cultivos sigue siendo cada vez más alarmante, especialmente en la periferia del Parque Nacional del Monte Camerún, debido al aumento de los asentamientos humanos. El comportamiento de los elefantes de asaltar los cultivos ha pasado a ocupar recientemente el centro de la escena de los conflictos entre el hombre y la fauna salvaje en esta zona. Los aldeanos han tomado la delantera en la batalla, luchando por devolver a los elefantes a su hábitat natural, utilizando todo tipo de medidas disuasorias asequibles para detener las actividades de alimentación y forrajeo de los elefantes en sus tierras de cultivo. En consecuencia, a menudo se producen bajas en ambos bandos del conflicto, lo que justifica una estrategia de conservación paliativa, como la indemnización de los pueblos afectados en un posible plan de reasentamiento, y la translocación de algunos de los elefantes a zonas de protección distantes. En el libro sobre el comportamiento de los elefantes como saqueadores de cultivos se analizan diversos factores que pueden provocar crisis de este tipo.
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