En la era de la sociedad de la información digital, las formas de comunicación han cambiado. Esta sociedad de la información se caracteriza por una serie de avances técnicos que permiten ofrecer productos y servicios innovadores a los usuarios finales. Sin embargo, muchos proyectos de innovación no tienen suficientemente en cuenta las necesidades reales de los clientes. En el proceso de innovación, el cliente desempeña un papel puramente pasivo, sin derecho a participar en las decisiones. Ahora bien, sería interesante redefinir la visión tradicional del cliente. El cliente ya no debe asumir el papel de receptor, como es habitual, sino formar parte del proceso de innovación, participando en él. En el presente trabajo se ha analizado esto con más detalle en el ámbito empresarial. Para ello se ha utilizado como ejemplo la empresa Local Motors.
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