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Cuentos para los hombres que son todavía niños fue publicado por primera vez en 1919 bajo el seudónimo de Teresa de la ? , en Buenos Aires. Estos ocho relatos son un acercamiento al terror, la soledad y la muerte. Dando voz a una muñeca de trapo, a un burro o al espectro de un arriero que deambula con un puñal en el pecho, Teresa Wilms Montt va enhebrando preguntas tan espeluznantes como reveladoras: '¿Es cierto que la bondad no existe?'. A través de su prosa, única y en carne viva, crea un mapa para transitar por un mundo de hombres que, aún, no han madurado. 'Más de cien años después, Teresa…mehr

Produktbeschreibung
Cuentos para los hombres que son todavía niños fue publicado por primera vez en 1919 bajo el seudónimo de Teresa de la ? , en Buenos Aires. Estos ocho relatos son un acercamiento al terror, la soledad y la muerte. Dando voz a una muñeca de trapo, a un burro o al espectro de un arriero que deambula con un puñal en el pecho, Teresa Wilms Montt va enhebrando preguntas tan espeluznantes como reveladoras: '¿Es cierto que la bondad no existe?'. A través de su prosa, única y en carne viva, crea un mapa para transitar por un mundo de hombres que, aún, no han madurado. 'Más de cien años después, Teresa Wilms Montt retorna como una autora fundamental para volver a pensar, para seguir pensando, qué es lo que fisura los modos de vida bajo el signo del capital y sus mutaciones. Una vez más, la literatura aparece como credo y como herramienta política para desensamblar el presente, algo en lo que creer cuando el exceso de realidad, de realismo, aplasta el futuro'. (Revista Otra parte)
Autorenporträt
María Teresa de las Mercedes Wilms Montt, también conocida como Thèrése Wilms Montt o Teresa Willms Montt (Viña del Mar, 8 de septiembre de 1893-París, 24 de diciembre de 1921) fue una escritora chilena de principios del siglo xx. Considerada una precursora feminista, tuvo una vida novelesca. Rebelde a los valores burgueses de su sociedad, fue internada a la fuerza en el convento de La Preciosa Sangre (Santiago de Chile); sin embargo, con la ayuda de su amigo Vicente Huidobro, huyó a Buenos Aires, donde se rumoreaba que el célebre poeta chileno la pretendía.