Las enfermeras desempeñan un papel crucial en el manejo de la disnea, la tos persistente y los parámetros cardiopulmonares en pacientes no intubados con COVID-19 mediante intervenciones no farmacológicas. Como cuidadores de primera línea, evalúan el estado respiratorio de los pacientes, controlan las constantes vitales e identifican las necesidades individuales para adaptar las intervenciones apropiadas.necesidades individuales para adaptar las intervenciones apropiadasUna estrategia eficaz es la aplicación de la posición postrada, que consiste en que los pacientes se tumben boca abajo. Esta posición puede mejorar la función pulmonar al mejorar la relación ventilación-perfusión y favorecer una mejor oxigenación. Las enfermeras son responsables de educar a los pacientes sobre los beneficios de esta posición y de ayudarles a conseguirla cómodamente, asegurándose de que permanecen seguros y apoyados durante el proceso.Además de la posición, las enfermeras realizan ejercicios de tos para ayudar a eliminar las secreciones de las vías respiratorias y mejorar la eficiencia respiratoria. Estos ejercicios pueden ir desde simples técnicas de respiración profunda hasta estrategias de tos más estructuradas. Los enfermeros guían a los pacientes a través de estos ejercicios, haciendo hincapié en la importancia de una tos eficaz para reducir el riesgo de complicaciones como la neumonía.
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