El poderoso ejército chino acapara titulares en todo el mundo, pero sepa esto: Pekín no puede vencer a Washington en el campo de batalla, al menos no en una lucha justa. Pekín ha llegado a la conclusión de que el mejor enfoque estratégico para defender los 'intereses centrales' de China -preservar el sistema estatal, la seguridad nacional, la soberanía y la integridad territorial de Pekín, además de promover el desarrollo estable y continuado de la economía y la sociedad chinas- es un enfoque que los planificadores chinos han denominado 'operaciones de contraintervención' o lo que los expertos militares occidentales han bautizado como Anti-Acceso/Denegación de Área (A2/AD). En términos generales, el objetivo de una estrategia de este tipo es impedir que las fuerzas enemigas accedan a un teatro de operaciones militar mediante la utilización de lo que algunos consideran un enfoque clásico de defensa por capas. Mediante el desarrollo y despliegue de minas marinas avanzadas, submarinos ultrasilenciosos y misiles balísticos y de crucero cada vez más avanzados, Pekín obligaría a los planificadores militares estadounidenses a tomar una terrible decisión: sufrir bajas impensables o abandonar a los 'aliados' en futuros conflictos militares. ¿Por qué ha elegido China semejante estrategia? ¿Qué está haciendo Estados Unidos para contrarrestarla?
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