Aunque sus orígenes aún son inciertos, los antiguos herbolarios, especialmente los árabes y los hindúes, conocían los usos de la caléndula como medicina y como colorante. Los griegos, que comenzaron a cultivarla más recientemente, utilizaban las flores de caléndula para decorar sus banquetes y hacer guirnaldas en honor a sus héroes. La caléndula se ha utilizado durante mucho tiempo en aplicaciones tópicas para tratar úlceras cutáneas, heridas infectadas, dermatitis del pañal, eccemas, varices, hemorroides, periodontitis y conjuntivitis. El estudio reveló que el aceite de caléndula tiene un gran potencial para ser utilizado con fines farmacéuticos. El aceite natural derivado de la planta de caléndula tiene buenos resultados cuando se utiliza en cosméticos. La actividad antioxidante, el efecto antitumoral, la cicatrización de heridas y el efecto anticancerígeno son las principales razones para utilizar el aceite de caléndula en medicamentos y cosméticos. El aceite de caléndula tiene un alto poder hidratante.
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