Los materiales a base de cemento se utilizan ampliamente para construir importantes infraestructuras civiles, como puentes, presas, tuberías subterráneas, rascacielos y contenedores nucleares. Por lo tanto, mejorar el rendimiento de los materiales cementosos es de gran importancia para construir sistemas de infraestructuras seguros, duraderos, de bajo mantenimiento y respetuosos con el medio ambiente. Entre las muchas estrategias y métodos, se ha explorado ampliamente el concepto de utilizar aditivos para adaptar o mejorar las propiedades físicas, mecánicas y de transporte del hormigón, así como la inteligencia de autodetección y autocuración. Los aditivos de tamaño nanométrico pueden mejorar la inteligencia de los materiales cementantes. Utilizando sus propiedades eléctricas únicas, los aditivos de tamaño nanométrico son capaces de cambiar la conductividad eléctrica y las características piezoresistivas del hormigón para mejorar la sensibilidad del hormigón a la tensión y los daños. Así, se puede producir un hormigón inteligente capaz de autocontrolarse y autodetectarse cuando se añaden al hormigón aditivos de tamaño nanométrico adecuados; de estos nanomateriales, las nanopartículas de estructura de carbono han ido ganando atención como posible material utilizado para reforzar los compuestos de cemento.
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