La gutapercha ha sido el material semisólido más utilizado para obturar el sistema de conductos radiculares. A diferencia del caucho, que es un material elástico, la gutapercha no es elástica. Se vuelve plástica cuando se calienta, pero conserva su forma cuando se enfría. Las diferencias entre ambos materiales se deben a sus distintas composiciones químicas. La gutapercha presenta una toxicidad mínima, una irritabilidad tisular mínima y es el material menos alergénico disponible cuando se retiene dentro del sistema de conductos radiculares cuando se utiliza como material de obturación.
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