El desarrollo de resistencia a los medicamentos contra la fiebre tifoidea ha hecho que su tratamiento sea muy difícil y costoso. Por lo tanto, es imperativo buscar modalidades no convencionales. Recientemente, la profesión médica ha redescubierto la actividad antibacteriana distintiva y sinérgica de la miel. Por estos motivos, la miel se ha registrado como agente terapéutico para las infecciones de heridas y quemaduras. Sin embargo, su papel en infecciones sistémicas como la fiebre tifoidea no está determinado. Planteamos la hipótesis de que la miel sería más eficaz en las enfermedades gastrointestinales porque, a diferencia de los antibióticos, solo ataca a las bacterias patógenas sin alterar el crecimiento de la flora normal. Además, también contiene prebióticos y probióticos, por lo que tiene una ventaja terapéutica adicional sobre el tratamiento convencional. Por lo tanto, hemos evaluado cien muestras de mieles monoflorales pakistaníes procedentes de diecinueve flora apícola común para determinar su actividad antibacteriana sinérgica y parcial contra la S. typhi multirresistente. La actividad antibacteriana sinérgica de estas muestras de miel se estandarizó de acuerdo con el porcentaje de equivalencia fenólica (p/v) y se citó como Unidad Antibacteriana Inhibina (IBU).
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