Las lesiones del plexo braquial (BPI) son las lesiones nerviosas más graves de la extremidad superior y provocan un deterioro funcional notable. Los traumatismos debidos a accidentes de tráfico son la etiología más común. Los hombres de mediana edad son los más afectados. El diagnóstico se realiza principalmente mediante un examen clínico, mientras que los estudios electrofisiológicos solo confirman el diagnóstico y proporcionan información sobre el número de raíces afectadas y el tipo de lesión. Las pruebas de imagen, como la mielografía por TC o la RM, son útiles principalmente para buscar signos de avulsiones radiculares que requieran un tratamiento precoz. Por lo general, se indican procedimientos quirúrgicos si no se observa una recuperación espontánea en los tres meses siguientes a la lesión. Existen varias opciones, entre las que se incluyen la reparación directa del nervio, el injerto nervioso y las transferencias nerviosas. El resultado depende de la gravedad de la lesión. Se pueden esperar resultados buenos o excelentes en las lesiones parciales del plexo, mientras que las lesiones globales tienen resultados consistentemente malos en todo el mundo.
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