El manejo de instrumentos endodónticos separados es un aspecto crítico del tratamiento de conducto. La separación de los instrumentos puede dificultar la desinfección del canal y comprometer el resultado. El abordaje depende de factores como la ubicación, el tipo y la longitud del fragmento, así como de la anatomía del canal. El tratamiento inicial implica la evaluación de la situación clínica radiográficamente y con aumento. Para la extracción se pueden utilizar puntas ultrasónicas, técnicas de derivación o sistemas de recuperación como el kit Masserann. Si la recuperación presenta un alto riesgo de daño a la raíz, el fragmento puede dejarse in situ y continuar con el tratamiento, siempre que se haya logrado una desinfección adecuada. El uso de un microscopio quirúrgico, imágenes CBCT y limas NiTi termomecánicamente estables pueden mejorar el éxito. La comunicación y la documentación con el paciente son esenciales. La mejor estrategia sigue siendo la prevención mediante una técnica adecuada, una inspección periódica de los instrumentos y evitar una fuerza excesiva.
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