El gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) es una de las principales plagas del maíz, causa importantes pérdidas de rendimiento y daña diversas partes de la planta en todo el mundo. La capacidad de esta plaga para atacar a más de 350 especies vegetales la convierte en una amenaza formidable. Los métodos tradicionales de control químico, incluido el uso de insecticidas, han demostrado su ineficacia y están asociados a la resistencia y la contaminación ambiental. Por ello, cada vez hay más interés en las estrategias de gestión alternativas, incluido el papel de la nutrición de las plantas y los endófitos. Los nutrientes, tanto macro como micronutrientes, influyen en la resistencia de la planta de maíz a las plagas, ya que una fertilización equilibrada puede potenciar los mecanismos naturales de defensa de la planta. Además, los endofitos -microorganismos que residen en los tejidos vegetales- pueden aumentar la resistencia desencadenando respuestas de defensa, como la producción de fitoalexinas y hormonas defensivas como el ácido jasmónico. Estos aliados microbianos también pueden atraer a los depredadores naturales del gusano cogollero, contribuyendo así al control de la plaga. Así pues, para desarrollar estrategias sostenibles de control de la plaga es crucial comprender el impacto del gusano militar y explorar los factores nutricionales y microbianos que contribuyen a la resistencia del maíz.
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