La rescisión masiva de un contrato de trabajo por motivos económicos es consecuencia de las necesidades operativas de la empresa, el establecimiento o el departamento. En función de las cláusulas del contrato, pueden verse afectados todos o algunos trabajadores. Esta situación suele causar perjuicios a los trabajadores: pérdida del puesto de trabajo, inestabilidad y pérdida de las prestaciones vinculadas al puesto.El procedimiento puede ser colectivo o individual (conflicto laboral individual) y consta de dos fases: administrativa y judicial. En la práctica, muchos empleados se encuentran sin un recurso efectivo, ya que las decisiones suelen estar influenciadas a favor del empresario.Los trabajadores suelen basarse más en rumores que en hechos, lo que debilita su posición. La Inspección de Trabajo puede proponer la conciliación, pero esto no garantiza un resultado justo. Ante esta situación, a veces es preferible pedir un finiquito que esperar al despido obligatorio.Este procedimiento, poco conocido, menoscaba los derechos de los trabajadores, dejándoles en una situación precaria y sin protección real.
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