Esta investigación explica la mala gestión que se produjo en la implementación de la privatización en Malasia, concretamente en relación con PROTON, que recibió un apoyo y una intervención sustanciales por parte del Gobierno. La política de 'divide y vencerás' aplicada por los británicos provocó una política étnica y una economía basada en la identificación étnica. A partir de ahí, se estableció la Nueva Política Económica (NEP) de 1971 debido al descontento con el desequilibrio y la desigualdad en la política y la economía. La NEP tenía como objetivo erradicar la pobreza, reestructurar la sociedad y resolver el resentimiento interétnico, pero, en cualquier caso, los malayos seguían teniendo la máxima prioridad como etnia indígena. A continuación, el Gobierno creó una iniciativa de privatización con la intención principal de promover la industria malaya y la acumulación de capital, además de aliviar la carga financiera, aumentar la productividad, impulsar la economía y reducir las empresas del sector público. La privatización de Malasia implicó demasiadas consideraciones políticas y provocó ineficiencias en la empresa privada. Con el fin de ayudar a los capitalistas malayos, el Gobierno proporcionó continuamente capital, protección, asistencia para la adquisición de tecnología, apoyo normativo y rentas de aprendizaje.
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