Según la Academia Nacional de Ciencias, el manejo integrado de plagas (MIP) se refiere a un enfoque ecológico en el manejo de plagas en el que todas las técnicas necesarias disponibles se consolidan en un programa unificado, de modo que la población de plagas se pueda manejar de tal manera que se eviten los daños económicos y se minimicen los efectos secundarios adversos. El objetivo del MIP es controlar la población de plagas por debajo del nivel que causa daños económicos. Lo ideal es lograrlo mediante la integración de todas las técnicas de control adecuadas de manera compatible. La gestión integrada de plagas es uno de esos enfoques sistemáticos que no solo hace hincapié en la reducción del uso de plaguicidas y en mantener la población de plagas por debajo del nivel que causa daños económicos, sino que también facilita el uso de métodos de control culturales, mecánicos, botánicos, biológicos y químicos de manera integrada y restaura el equilibrio ecológico para una agricultura sostenible.				
				
				
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