El tratamiento de ortodoncia no finaliza al finalizar la fase activa del movimiento dental. La verdadera medida del éxito a largo plazo reside en la estabilidad de los resultados obtenidos. Los dientes, una vez movidos, tienden naturalmente a volver a su posición original, un fenómeno conocido como recaída. Esta tendencia se ve influenciada por factores como la elasticidad de la fibra periodontal, las fuerzas oclusales, el crecimiento y desarrollo continuos, y la presión de la musculatura circundante. Por lo tanto, la retención es una fase crucial en la atención ortodóncica. Es el proceso de mantener los dientes en su posición corregida el tiempo suficiente para que los tejidos circundantes, incluyendo el ligamento periodontal, la encía y el hueso, se reorganicen y adapten. Sin una retención eficaz, incluso un tratamiento de ortodoncia bien ejecutado puede resultar en una recaída significativa, comprometiendo la estética, la función y la satisfacción del paciente. El concepto de retención ha formado parte de la práctica ortodóncica desde los inicios de la especialidad. Inicialmente, los aparatos de retención eran rudimentarios, a menudo improvisados ¿¿con los materiales disponibles.
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