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En este libro, Pasteur Zeyi Ndingambote Simon explica detalladamente cómo el mundo occidental entró en contacto con África Central; muestra por qué y cómo las autoridades coloniales belgas pudieron echar mano de Simon Kimbangu, condenándolo injustamente a muerte.condenándole injustamente a muerte. También muestra las apariciones y reapariciones de Simon Kimbangu antes y después de su muerte.Cuando Dios creó al hombre, le dio la posibilidad de referirse a sí mismo en todas las cosas. Antes de la llegada de los misioneros a África, cada pueblo conocía a su propio Dios, al que invocaba. Los bakongo, por ejemplo, invocaban a "Nzambi a Mpungu". A nuestros antepasados no les faltaba de nada; su Dios respondía a sus necesidades. Distinguían el bien del mal. Cualquier comportamiento que no encajara en su cultura era castigado. Esto fue mucho antes de que los misioneros nos trajeran el Evangelio. El Dios de sus antepasados les había dado el conocimiento para crear medicinas a partir de plantas medicinales; para hacer ropa, alfombras, piraguas...