Esos ojos daban miedo... o al menos daban ganas de ofrecerle una linterna.Y no podían faltar los ojos rojos, los únicos que usaba para mirar el mundo allá afuera. Con ellos, no solo veía el paisaje, sino que, milagrosamente, también podía verme el alma... lo cual es un poco injusto porque yo, con trabajo, me veo los pies sin lentes.En resumen, no tenía ojos: tenía un catálogo completo. Y yo, claro, caí en cada uno de ellos.
Dieser Download kann aus rechtlichen Gründen nur mit Rechnungsadresse in A, B, CY, CZ, D, DK, EW, E, FIN, F, GR, H, IRL, I, LT, L, LR, M, NL, PL, P, R, S, SLO, SK ausgeliefert werden.








